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domingo, 11 de agosto de 2013

La fuentes Moriscas


Los barrancos del mediterráneo rara vez llevan agua. El rio Monleón es uno de esos casos.

La frontera entre Teruel y Castellón la marca, en  los confines del Maestrat , el lecho seco del Monléon.  Los cantos rodados tapizan el suelo, hacen de camino romano para pasear por estos fondos en tierras agrestes.
 
Caminando por  La Estrella, que es el lugar, si el sol está presente, o mejor omnipresente, ves el rio y da lástima. Por mucho que sudes el fondo no llevará agua. Se echa de menos.




 

Pero si te esfuerzas y los hados te ayudan, tus pasos se dirigirán hacia el rumor que surge de las zonas más densamente arboladas. La recompensa es la transformación que el mago de la Estrella hace sobre un desierto moruno para transformarlo en un fresco oasis de aguas transparentes y heladas que surgen debajo de las piedras con la fuerza de la luz de entre la noche terrena:  el “ullal del Molí”.  Un paraíso morisco, con sus estanques de agua trasparente y sus rumores sugerentes. Transformados con el tiempo en fuerza para los molinos y ahora en caminos recónditos, solitarios y cerrados por zarzas. Paraíso temporal: hasta que se sequen las fuentes y vuelva la realidad sedienta.


















 
 
Las fotos son sólo una pincelada del cuadro que nos brinda el paisaje.